La Plebe : Una mirada disfuncional del pasado

La plebe nos muestra al pasado con un tono grotesco y humorístico en los días previos a la Revolución de Mayo.Haciendo especial hincapié en la mujeres patriotas que fueron forjando la independencia.

Ingresamos a la Enkosala Gladys Ravalle y un patricio nos informa del manifestó de la  Junta Suprema de Sevilla , el ultimo bastión del gobierno español ante la derrota frente a Napoleón Bonaparte. Luego entramos a lo que parece ser una carpa de circo , y segundos después se apagan las luces. Y vemos como se van surgiendo las figuras de nuestra historia , como si estuviéramos en museo viviente y sin tiempo , vemos a  Mariquita Sánchez de Thompson , Cornelio Saavedra , Mariano Moreno , Martín de Álzaga , Manuela Pedraza . Esta ultima en una grandiosa escena que relata la muerte de un ingles tras dispararle con su fusil y sus palabras calan hondo en el patriarcado de la época : “… se me condenó por mi valentía, por ser mujer”. “… Voy a empezar a disfrazarme de hombre, voy a ser un hombre de ahora en más…”

Y también lo que resulto con “La Plebe” tras las invasiones inglesas , es que en las improvisadas fuerzas militares del regimiento de Patricios y los Husares de Pueyrredon se asienta cada vez mas el poder que gobierna el virreinato y que otorga a la élite de comerciantes y burócratas una nueva base de poder local , y la plebe criolla una inedita presencia en la escena publica.

También se pone en tela de juicio el rol de la iglesia .Los pecados carnales , así como también se recrea una poderosa escena de un burdel bastante jugada pero bien lograda , generando una poderosa imagen .

En una seguidilla de sucesos históricos llegamos al día 18 de mayo donde comenzó todo , y termino con la declaración de la independencia el 9 de julio de 1816.

Un obra con una puesta original , buen vestuario .Donde el espectador debe de cambiar continuamente de punto de vista , y concentrarse en los diferentes focos de atención del relato , sumergidos en un espacio atemporal de nuestra historia.

Fotografía y Crónica : Daniel Torrico

 

 

 

 

 

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