Tendremos que escribirlo antes de olvidarlo. Una vieja radio a válvulas se llena de polvo en un rincón , sus días de poder y gloria han quedado en el olvido, tus abuelos, nuestros abuelos muy probablemente la escucharon. Ha desaparecido como por arte de magia llevándose un recuerdo tangible de aquella época, pero aún viven en los recuerdos que nos pasaron para que no dejaran de existir, si la encontráramos y la encendiéramos veríamos como unos focos se encienden y titilan como las estrellas que vemos en el cielo .Quizás los que las usaron están allí, nosotros solo queremos pensar que así es.
Una chica que puede ser tu mamá, tu abuela, viene de la viña después de haber ayudado en las tareas de recolección de la vid, después de haber alimentado a los animales de granja, no sin antes de haber terminado de hacer las tareas escolares de la primaria. Su único escape a la rutina es escuchar su radioteatro preferido, la hace imaginar los personajes, los ambientes, las escenas, las imágenes no brotan de un aparato de televisión sino de su fantasía.
Quizás pudo haber escuchado el drama gauchesco, llevado adelante por la troupe de Robledo, Inhiesta, Teresa, Olinda, “Opa”, Romualdo. Aislados de lo que sucede en el exterior llevan adelante la transmisión radial, ha fallecido Hipólito Irigoyen y se ha levantado una manifestación contra el gobierno encabezado por Agustín Pedro Justo en lo que seria los primeros años de la “década infame” de la historia nacional.
En un hecho totalmente ilógico podremos escuchar a un indio hablando ingles en total concordancia con lo que se vivía en aquella época y los negocios con Inglaterra. A caso los medios de prensa pueden comprarse por dinero?
La transmisión tiene sus cortes, sus desvaríos, los que apoyan a la UCR, los que buscan la salida a la precaria situación de la radio en decadencia. Podremos observar una clase de radio de la época, que también nos hará reflexionar sobre nuestra realidad y por supuesto nos hará hacernos reír. Una obra recomendada, con una gran puesta muy original.
Fotografía y Crónica : Daniel Torrico