Le dije no converses conmigo, no te rías de mis bromas, no me trates como un amigo. Hay una sola cosa que yo quiero hacer es matarte lo he soñado por años, mirando televisión y cuando recuerdo lo que perdí.
Solo me vienen memorias como flashes del pasado y pienso si llegue a amar a mi padre realmente o nunca ame a nadie realmente. Y como eso me sumió en una oscuridad inaudita de ansiedad y hambre. Ahora me doy cuenta pero no lo entendí hasta hace muy poco.
Y la noche que lo cambio todo llego solo era un niño no tenía idea de lo que sucedía, alguien aviso de una tragedia y de repente estaba arriba de un auto hacia un destino desconocido, me veo sentado en un largo hall casi iluminado mirando hacia todo lados y estoy solo allí sin que nadie me vea , desprotegido, y solo puedo mover mis pequeñas piernas que no alcanzan el suelo me recuesto sobre el asiento y me duermo, no recuerdo más de esa noche y quizás mi mente lo censuro para no producirme ningún dolor.
Al otro día el comedor cambio, ahora sé que lo que veía eran cruces plateadas, y la gente me miraba de una manera extraña, no entendía el rito que se estaba produciendo, solo me llamo la atención el árbol de navidad tirado sobre la cama y la mesa desarmada. Muy poco recuerdo de eso, pero si la extraña aversión que le tengo a esa clase de arboles y de todo lo que representan para mi, ya nunca están en las fiestas ya que me traen extraños recuerdos que no puedo entender.
Como un estigma del árbol de damasco la bicicleta parecía abrazar el tronco del frutal, y como si hubiera llorado lagrimas de sangre, así estaba la plateada bici con gotas de sangre, como un tótem a la perdida la vi por años, después el columpio desapareció y mi infancia se esfumo para convertirse en una burbuja de jabón deslizando en el viento, algún día iba a explotar y así fue.
Después me vi por años yendo y viniendo de abogados, acompañando a mi madre, la normalidad solo fue una broma esbozada por el destino con una risa diabólica.