Este sábado 4 de febrero fuimos a ver la obra “Relato íntimo de un hombre nuevo”, cuya dramaturgia es de Martin Slipak, que gracias a la amistad de Juan Cristóbal Comotti y Lisandro Rodríguez, tenemos la oportunidad de descubrirla en nuestra provincia, .Todo comienza cuando Comotti pudo verla en el 10º Festival de Teatro de Rafaela. Antes la obra había sido presentada en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires de 2014.
La puesta que es representada por solo una persona, casi como un monologo, basa su potencia interpretativa en los silencios y las formas de decir. Con una escenografía minimalista. A grandes rasgos podríamos aseverar que es el relato de las vacaciones de un alto ejecutivo, junto a su esposa, su hija, y un amigo de él.
Pero la obra es mucho más, nos hunde en la vida de un hombre con un alto estándar de vida y grandes lujos. En esta vida hay que ser exitoso para que todos noten nuestra presencia. Y así será que en su primer día de vacaciones increpará al conserje del hotel para que cambie las pulseras de color verde que le correspondían por unas de color rojo, ya que representan el poder, la sangre, la acción. Todo lo que él es.
Con el correr de los días estará envuelto en una especie de miastenia, que lo relegara a estar inmóvil mientras que su esposa, su hija, y su amigo disfrutan de todo. Empezara a alucinar en diferentes ocasiones, y hasta no tendrá reparos en criticar a su amigo que disfruta. En un sentido capitalista hasta dirá que el pago por todo, por su hija, por su esposa, y por su amigo. Tratándolos como bienes de consumo.
Pero en realidad lo que sucederá es casi como una lucha del exitoso ejecutivo y de la persona que se deleita en sus vacaciones tratando de sacar el máximo provecho del tiempo que tiene. Poco a poco, el ejecutivo se desvanecerá, y hasta hará preguntas respecto del accionar del “otro” a su esposa, que no es más que el mismo. Cuando su hija le diga “papa” a su amigo o la proyección de su yo, sin preocupaciones ni responsabilidades. Tendrá una respuesta que no le gustara, ya que como casi todo el mundo trabaja todo el día para poder subsistir y no tiene casi contacto con sus hijos y su crecimiento, poder pasar tiempo junto a ellos. Quizás para su hija él es solamente una figura que puede ver muy poco tiempo al día y que casi no interactúa con ella.
Así pasaran los días, hasta que en un apoteótico momento el ejecutivo desparezca completamente, montado en un gran caballo llamado “Saturno” en la profundidad de la selva. Pero todo esto seguramente sera momentáneo ya que cuando regrese de sus vacaciones deberá recurrir nuevamente a él, y a las doctrinas impuestas por la sociedad con respecto al éxito y al dinero.