Increíble la cola que se formó para ingresar al independencia para disfrutar de Catupecu Machu y su Madera Microchip, al ingresar nos esperaba un ámbito colmado por la gente que esperaba saber de este nuevo formato que la banda de Fer Ruiz Díaz traía a Mendoza.
A las 10:23 Fer salía a escena y nos comentaba antes de empezar el show que apagáramos nuestros celulares que no los utilizáramos para tomar vídeo o fotos ya que nos perderíamos el viaje que estábamos a punto de comenzar. Y a modo de advertencia nos decía que al que encontrara usando el celular el show se pararía, y por ende le restaría tiempo y recorrido a lo que en momentos comenzaría. Lo que sería una mezcla de acústico y electrónico empezaría con “El Grito Después”.
Hubo un grupo de personas que llamaron nuestra atención ya que sostenían globos en sus manos, eran hipo acusicas y gracias a ese elemento podían sentir las vibraciones que los temas de Catupecu provocaban en la yemas de los dedos que reposaban sobre esa esfera que a modo de un médium comunicaba el mundo de los oyentes y los que no lo eran, pudiendo observar en sus caras las sensaciones que les provocaba la música de una manera bastante particular y visceral.
En ese ensamble perfecto que es la banda formada por Fer Ruíz Díaz y su característica voz, Martín Macabre González en los teclados y sintetizadores, Sebastián Cáceres y su bajo , y también como diría Fer el único de la banda con pelo y con el cual es imposible enojarse , mientras una chica del público le gritaba me caso con vos, estamos hablando de Agustín “Búho” Rocino que marcaba el ritmo con su cajón peruano y su batería eléctrica .No faltarían las anécdotas contadas por Fer en la cuales nunca dejaría de recordar a su hermano Gabriel , y siempre pediría aplausos para él , y haciendo evidente el amor entre hermanos diría que él es el alma del grupo , con una expresión que denotaba una emoción evidente.
En un momento bastante emotivo del show, subiría ese grupo de hipoacúsicos que habíamos visto anteriormente, y Fer haría hincapié en Mariana y el corto que había visto llamado “Las Olas” en una de las ediciones del Wine Rock Tour donde ellos habían sido invitados y parte de la grilla, el cual había provocado un gran shock y cambiar la forma de mirar los problemas. Cantarían “Magia Veneno” junto con el coro y su interprete. Al finalizar el mismo hablaría Mariana sobre su situación y que ellos pueden sentir, hacer cosas, enamorarse como cualquier persona no están limitados por su denominada discapacidad.
El final del show se aproximaba y Fer Ruiz Díaz comentaría que no hacen bis que no quieren tomar al público como estúpidos, que en el último tema pondrían todo de los suyo para que todos nos fuéramos con los efectos del viaje que estaba a punto de concluir y terminaría con “Y lo que quiero es que pises sin el suelo” pero seguiría en nuestras casas y hogares después de haber presenciado tremendo recital que duro casi 3 horas y que nos hizo transitar diferentes y alucinantes atmósferas.
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