“..Vivimos en un mundo ambiguo, las palabras no quieren decir nada, las ideas son cheques sin provisión, los valores carecen de valor, las personas son impenetrables, los hechos amasijos de contradicciones, la verdad una quimera y la realidad un fenómeno tan difuso que es difícil distinguirla del sueño, la fantasía o la alucinación…”
Quizás nuestra mente juega con artefactos ficticios del pasado, no hemos madurado completamente, o estamos jugando en un arenero compuesto de las partículas de polvo de todos nuestros antepasados hasta de nuestro propio padre. Llorando sobre él ya que nunca pudimos podemos desarrollar completamente nuestra identidad. Quizás nuestra madre nos vea como el heredero que nunca puedo obtener y en la desesperación de su poder nos muestre al mundo como algo que no somos. Muy probablemente nuestro mundo solo este hecho con la precariedad de cajas de cartón desmoronándose y armándose a nuestro pasó.
En escena Ofelia, Gertrudis, Claudio y el Príncipe Hamlet? la obra de William Shakespeare pero contada de un punto de vista distinto, como ver un desfile de Hari Nef es lo que realmente vemos o alguien nos tenía que decir la verdad para sorpresa de nosotros, sin esa verdad nosotros creeríamos lo que nuestros ojos ven, sus rasgos nos harían creer algo totalmente falso pero verdadero antes nuestra mirada. La ambigüedad permanecería completamente oculta. Muy probablemente la podemos ver en un vídeo de la mano de alguien de mismo sexo o distinto? probablemente no notaríamos la diferencia.
Con una puesta original solo armada con cajas de cartón, y una arenero como el punto de juego de una mente sin madurez. Se recrearan imágenes y escenas difíciles de olvidar. Una obra muy recomendable para ver.
Fotografía y Crónica : Daniel Torrico
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