Es inevitable no pensar mientras escribimos este artículo de la obra “Pelucas” y no recordar la triste noticia que mancho de azul esta mañana con la partida a otro plano espiritual de Guadalupe. Así como de las personas que conocimos personalmente, alguna de ellas que compartían nuestra sangre. Todas lucharon para quedarse un tiempo más entre nosotros, pero de alguna forma lo lograron, porque mientras vivamos ellas vivirán en nuestro corazón y en nuestra mente .Somos ilustres desconocidos, y no podemos pensar en la inmortalidad, de alguna forma solo viviremos el tiempo que nuestro recuerdo perdure.
La obra nos hace transitar por diferentes sentimientos y sensaciones. En primer un grupo de enfermos oncológicos y su lucha contra su enfermedad como así también para mejorar su propia estadía en el hospital. Sus sueños e ilusiones, sus cargas, y sus creencias. Y de como su vida material y consumista cambio a raíz del diagnóstico, y su camino espiritual. Seguramente nos aferraremos a la fe a veces perdida en nuestra vida de miradas sin mirar, en las cuales dejamos de lado lo realmente importante que la llena, el arte, nuestros seres queridos, el amor. Nosotros fuimos testigos de cómo la mirada cambiaba en los espectadores, y poco a poco sus expresiones contenían el llanto, hasta que un momento era imposible de sostenerlo, y las lágrimas brotaban de los ojos.
Y nos encontraremos con una psicóloga y sus pacientes , y en especial con una mujer con secretos y cargas que poco a poco han hecho mella en su vida, su amor imposible (quien no tuvo uno), su madre .Y veremos su resurgimiento y transformación.Y de como tonalizara su corazón con la pintura del ángel que encontrara.
El médico que trata a los pacientes, y de cómo solo siguió los preceptos de la sociedad, su familia, y no los de su propio corazón al elegir su profesión. Y como ha ido transformándose en un profesional frió y sin empatía cuando alguien venga a rescatarlo quizás deje pasar esa oportunidad.
Una obra con una bien pensada escenografía, y buenas actuaciones, en las cuales lograremos sentir simpatía por ellos. No apta para personas sensibles.
Fotografía y Crónica : Daniel Torrico
[justified_image_grid facebook_id=230206980355921 facebook_album=970574586319153 facebook_caching=10080]