Dos policías con dudoso apego a la ley y un “ciudadano en proceso judicial” son los protagonistas de esta comedia de enredos con toques costumbristas.
El agente Garrido (Pablo Ortiz) es el jefe de retén, quien escribe a máquina con un solo dedo y añora sus épocas en la banda policial. Espeleta (Hugo Yáñez) es un agente foráneo, con problemas conyugales, que fue enviado a modo de castigo a Piedra del Águila y es gustoso de fumar hierbas non sanctas. El hippie preso es Paiba (Hernán Ortiz Bandes), que está allí por un robo bastante insólito, y hace a las veces de planchador, chico de los mandados y confidente.
La intriga se desencadena cuando un viejo cono de tránsito, cercano a la jubilación, es destrozado por un vehículo que se da a la fuga. Así inicia la acción policial. Los “guardianes del orden” se ven obligados a perseguir al delincuente, montados en la motito de Paiba, recorriendo caminos de tierra y adentrándose en una oscuridad que genera expectativas en el público. Allí encontraran un cuerpo y un botín demasiado jugoso que los llevará a enredar aún más la situación.
La obra parodia de forma impecable el sistema policial y la vida en un pequeño pueblo. Cada situación es acompañada por la risa del público y guiños de complicidad.
La escenografía y los recursos son vastos: se reproducen hasta en mínimos detalles las deterioradas oficinas de los retenes rurales; la musicalización, el vestuario y los efectos de luces denotan la producción de la puesta. Una nota distintiva es la interacción que mantienen con el espectador, quien se ve involucrado en la acción policial, aún antes de ingresar a la sala.
¿La frutilla?: Entre cada escena, los geniales y originales separadores audiovisuales.
Próxima función: sábado 13/8 a las 22hs en Teatro Cajamarca (España 1767 Ciudad)
Ficha técnica:
Actores: Hugo Yañez, Wally Sánchez, Hernán Ortíz Bandes, Pablo Ortiz.
Dirección General: Mario Jara
Autor: Sergio Martínez
Fotografía y Crónica : Natalia Galán