Nombrada por National Geographic como la segunda fiesta de la cosecha más importante del mundo, la Fiesta Nacional de la Vendimia, es la celebración que nos representa tanto en cultura como en trabajo. Es el momento anhelado por todos los mendocinos, y los artistas, queremos subir a las tablas del Frank Romero Day, y así, poder darle vida a la puesta en escena. A pesar de nuestro papel siempre se menosprecia nuestro esfuerzo y entramos en la discusión por nuestro sueldo. ¿Cuál es el precio de un artista? ¿Lo hacemos por amor al arte?
La pasión nos lleva a danzar, actuar o crear melodías y perfeccionarnos en esto. El poder subir al anfiteatro griego y demostrar lo que somos capaces de hacer es el sueño de muchos artistas mendocinos.
Organizamos nuestros horarios, nos preparamos, estábamos listos para comenzar a plasmar la propuesta escénica, cuando la Secretaría de Cultura decidió posponer la fecha de inicio de los ensayos. El motivo: aún no habíamos firmado contrato. Todavía no estaba acordado el monto que cobraríamos por hacer la fiesta mayor, tema que debería haber estado solucionado meses antes.
Después de dos ofertas, muy bajas, que nos propuso el gobierno, y con ganas de comenzar a trabajar nos autoconvocamos. La primera reunión fue solo de artistas dramáticos, en el polideportivo Vicente Polimeni, la segunda fue una asamblea en plaza San Martín donde asistimos actores, músicos y bailarines. En aquel momento se nos ofreció un 22,3% de aumento, mientras que muchos luchábamos con una suba del 30% o 40%. Luego de una votación, la mayoría elegimos poder cobrar $14.300, cifra que se lograba con el 30% de incremento.
Aunque la economía no es mi fuerte voy a adentrarme en este tema porque es una realidad que nos compete a todos. Cuando nos subimos al micro, vamos al súper, pagamos la factura de luz o tantas otras cosas, notamos que los precios han aumentado, en relación con meses anteriores. Comparando con la inflación del 2015 que fue del 30 %, según Prat-Gay, creo digno y justo un acodamiento en nuestro salario correspondiente en estas cifras.
Para la Vendimia 2016 se tiene un presupuesto de 65 millones, de los cuales sólo 14 se destinan a los hacedores culturales. Para alcanzar el porcentaje que pedimos, se tendría que invertir solo un millón más de pesos, lo que beneficiaría a los 1.050 artistas.
Muchos nos tildan de vagos o nos aconsejan estudiar abogacía, ingeniería u otra carrera que sea “bien” remunerada. Pero nosotros elegimos estudiar lo que nos hace felices. Nuestras carreras, están en las universidades mendocinas; trabajamos todo el año, a veces en feriados, fines de semanas y vacaciones. Lo que queremos es hacer valer nuestra labor. Porque el hacer vendimia no es solo un mes de ensayo y unas noches frente al público. Hacer vendimia es prepararse para poder cumplir con los requisitos que se nos exigen, dedicarle tiempo y dinero en capacitarnos, ensayar y dar lo mejor de nosotros para poder deleitar a los cientos de mendocinos y turistas que expectantes asisten a nuestra fiesta.
A pesar de los percances y contratiempos, pudimos comenzar a ensayar. Aunque con algunas disconformidades, la energía y amor por nuestro arte colmó los lugares de ensayos. Vendimia de la Identidad ya está tomando forma.
¡Feliz Vendimia!
Nota : Berenice Martinez