Jesse & Joy y una noche de despecho y emoción pura que sanó corazones en Mendoza

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En el marco de su aclamada gira mundial “El Despecho Tour”, el dúo mexicano Jesse & Joy ofreció un concierto inolvidable en el Arena Maipú, reafirmando su profundo vínculo con el público argentino a través de un recorrido por sus más grandes éxitos y una cercanía que desbordó el escenario.

Hay conciertos que son simplemente una sucesión de canciones y hay noches que se convierten en una terapia colectiva, un abrazo musical que sana. Lo que se vivió el pasado martes 9 de septiembre en el Arena Maipú Stadium pertenece, sin lugar a dudas, a la segunda categoría. Tras más de cinco años de ausencia en la provincia, Jesse & Joy regresaron para demostrar por qué son uno de los actos pop más queridos y respetados de Latinoamérica, entregando una velada donde la complicidad, el talento y una catarata de himnos al amor y al desamor fueron los protagonistas.

La presentación en Mendoza fue una parada clave de su exitosa gira “El Despecho Tour”, que ya había conquistado escenarios en México, Estados Unidos, Chile y otras ciudades argentinas como Buenos Aires, Córdoba y Tucumán. Lejos de ser un show más, los hermanos Huerta trajeron a Cuyo una propuesta cargada de significado: un viaje a través de las distintas facetas del corazón roto, pero con la promesa de que, al final de la noche, todos saldrían con el ánimo renovado.

Desde temprano, los alrededores del estadio maipucino se tiñeron con la energía de miles de fanáticos que esperaban el reencuentro. La velada comenzó a tomar temperatura con la presentación del artista y productor Juku Ares (ex Turf), quien preparó al público para el plato principal. Pasadas las 21:35, las luces se atenuaron y los primeros acordes desataron la euforia. Jesse, con un look total black y un sombrero que le aportaba un aire de rockstar, y Joy, deslumbrante y con la potencia vocal que la caracteriza, tomaron el escenario para no soltarlo más.

El repertorio fue un golpe directo a la nostalgia y a la fibra más íntima de los presentes. La noche arrancó con la fuerza de clásicos como “Esto es lo que soy” y “Ya no quiero”, estableciendo desde el inicio una conexión inquebrantable. A lo largo de casi dos horas, el dúo tejió un viaje musical que alternó la energía vibrante de “Chocolate” y “Tanto” con la vulnerabilidad a flor de piel de baladas que se han convertido en la banda sonora de incontables historias personales.

Uno de los momentos más memorables de la noche fue cuando sonaron himnos como “¿Con quién se queda el perro?” y “Ecos de amor”. El Arena Maipú se transformó en un coro monumental, con miles de voces cantando al unísono, compartiendo un sentimiento de pertenencia único. Fue en ese clímax de cercanía cuando Joy, en un gesto que rompió el protocolo, invitó a los fanáticos de los sectores más alejados a acercarse al escenario, uniendo al público en una marea de luces de celular y emoción compartida.

La lista de canciones fue un recorrido impecable por casi dos décadas de carrera, incluyendo joyas como “Me voy”, “Mi tesoro”, “Un besito más” y el himno al desamor por excelencia, “Llorar”. Para el cierre, Jesse & Joy guardaron dos de sus piezas más emblemáticas: “Te esperé” y el clásico que los catapultó a la fama, “Espacio Sideral”, coronando una noche mágica que reafirmó el idilio de los hermanos con Argentina.

El paso de “El Despecho Tour” por Mendoza no fue solo un concierto, fue la celebración de una carrera construida a base de honestidad y canciones que se sienten como propias. Jesse & Joy no solo cantaron sobre el despecho; le enseñaron a miles de mendocinos cómo se canta para superarlo.

Daniel Adrian Torrico
Daniel Adrian Torrico: