Airbag en Mendoza: Una batalla épica de rock con la mira puesta en River Plate

La aplanadora Sardelli demolió el Multiespacio Cultural Luján de Cuyo con un show de más de dos horas. Con un setlist demoledor y la energía de un público que se entregó al pogo y la emoción, Airbag demostró por qué se prepara para conquistar su tercer estadio de River.

La noche del sábado en Luján de Cuyo no fue una noche más. Fue una batalla, una comunión, un ritual de rock and roll comandado por Airbag. La gira “El Club de la Pelea” es, a esta altura, un fenómeno imparable que arrasa cada ciudad que pisa, y Mendoza no fue la excepción. Ante un Multiespacio Cultural colmado, los hermanos Sardelli desplegaron una potencia arrolladora, dejando en claro que su próximo gran objetivo, un histórico tercer Estadio de River Plate totalmente agotado, no es una casualidad, sino una consecuencia directa de su presente artístico.

El Golpe Inicial: Un Arranque Sin Respiro

El show no dio tregua desde el primer segundo. La sirena que anuncia el inicio de la pelea dio paso a los acordes de “Jinetes Cromados”, un himno que encendió la mecha de un pogo masivo. Sin dejar que el público recuperara el aliento, la banda arremetió con la furia de “Anarquía” y el clásico “Perdido”. El mensaje era claro: esta no sería una noche para tibios. Gastón Sardelli, sólido y contundente en el bajo, marcaba el pulso de una base rítmica demoledora, mientras la voz de Guido y la guitarra de Patricio comenzaban a tejer la atmósfera de la noche.

El Corazón del Show: Entre la Furia y la Emoción

El recorrido por su discografía fue un viaje de emociones perfectamente calibrado. Los nuevos temas de “El Club de la Pelea I” como “Vivamos el Momento” y “Pensamientos” se entrelazaron con clásicos coreados por miles, como “Noches de Insomnio” y el potente “Nunca lo Olvides”.

Uno de los momentos cumbres llegó con la calma que precede a la tormenta. Las luces bajaron, la distorsión cesó y Guido Sardelli se sentó al piano. Las primeras notas de “Diez Días” crearon una atmósfera íntima, una tregua en medio de la batalla donde miles de voces se unieron en una sola. Fue la prueba de la versatilidad de la banda, capaz de pasar de la furia a la emoción más profunda en un instante. Tras este respiro, la guitarra de Pato volvió a rugir con “Verte de Cerca” y el riff demoledor de “Hombre Puerco”, para luego desatar un solo estratosférico en el aclamado “Cuchillos”, confirmando su lugar como uno de los guitar heroes más importantes de la escena actual.

El Knockout Final: Un Cierre a Pura Potencia

Si el show fue una pelea, el tramo final fue el knockout definitivo. El bloque que incluyó “Bajos Instintos”, “Cicatrices” y “Apocalipsis” reavivó el fuego del pogo, preparando el terreno para una seguidilla final sin fisuras. “Por Mil Noches” fue coreada con el alma, seguida de la explosión de “Colombiana”, la elegancia de “Diamante” y el himno de batalla que es “Kalashnikov”, con un Pato Sardelli desatado en la guitarra.

El cierre con “Solo Aquí” dejó al público exhausto pero feliz, con la certeza de haber presenciado a una de las bandas de rock más grandes del país en su mejor momento. Mendoza no fue solo una parada más en la gira; fue una declaración de principios. La familia Airbag demostró que está más fuerte que nunca, lista para dar la pelea y conquistar cualquier escenario que se le ponga en frente. El próximo round es en River, y Mendoza fue el entrenamiento perfecto.

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Daniel Adrian Torrico

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