El Tomba igualó 1-1 contra Instituto en un partido especial, donde la vuelta del “Gato” a su casa como DT rival acaparó todas las miradas. A pesar del gol de Nicolás Fernández, el equipo sigue sin poder ganar en su estadio y dejó pasar una chance para prenderse en la parte alta de la tabla.
Hay tardes de fútbol que trascienden el resultado. La del pasado domingo en el Estadio Feliciano Gambarte fue una de ellas. En el campo de juego, Godoy Cruz e Instituto libraron una batalla intensa que culminó en un empate 1-1, un resultado que a ninguno le sirve del todo pero que castiga más al local. Sin embargo, en el banco de suplentes visitante y en el corazón de cada hincha bodeguero, la historia era otra: la vuelta a casa de Daniel “Gato” Oldrá, el ídolo máximo del club, esta vez defendiendo otros colores.
En el marco de la novena fecha del Torneo Clausura, el Expreso dejó pasar una oportunidad valiosa para acercarse a los puestos de vanguardia. El punto sumado lo mantiene en la zona media de la tabla, una posición expectante pero que exige una mejora urgente, sobre todo en condición de local, donde la victoria en el Gambarte se ha vuelto una cuenta pendiente que genera preocupación.
Un Homenaje, un Partido y Dos Caras del Tomba
Antes del pitazo inicial, la tarde tuvo su momento más emotivo. La dirigencia de Godoy Cruz, en un gesto que fue aplaudido por todo el estadio, le entregó una plaqueta de reconocimiento a Daniel Oldrá. El “Gato”, visiblemente emocionado, saludó a los cuatro costados y recibió una ovación que demostró que, sin importar el rival de turno, el cariño y la gratitud hacia él son inalterables.
Una vez que la pelota comenzó a rodar, los sentimentalismos quedaron a un lado. Instituto, con el sello táctico de su entrenador, presentó un planteo inteligente y ordenado que complicó a un Godoy Cruz impreciso y falto de ideas durante la primera mitad. El equipo visitante se mostró sólido en defensa y, sobre el final del primer tiempo, a los 43 minutos, dio el golpe: un centro preciso encontró la cabeza de Alex Luna, quien puso el 1-0 y sembró de dudas a un Gambarte que no encontraba respuestas en su equipo.
Reacción, Empate y una Deuda Pendiente
Para el complemento, el cuerpo técnico del Tomba movió fichas y el equipo mostró otra actitud. El ingreso de Daniel Barrea le dio más dinámica al ataque y el equipo se adelantó en el campo, empujado por la necesidad y el aliento de su gente. La reacción no tardó en llegar. A los 5 minutos del segundo tiempo, un centro perfecto de Manuel Guillén fue conectado de manera impecable por el “Indio” Nicolás Fernández, quien con un cabezazo letal puso el 1-1 y desató el alivio en las tribunas.
Con el empate, Godoy Cruz fue en busca de la victoria, mostrando su mejor versión en el partido. Tuvo el control de la pelota y generó algunas situaciones de peligro, pero chocó una y otra vez contra la bien plantada defensa de Instituto y la falta de eficacia en los metros finales. Los minutos pasaron y, a pesar del empuje, el marcador no se movió.
El pitazo final dejó un sabor agridulce. Si bien se valoró la capacidad de reacción para sobreponerse a la desventaja, la sensación general fue de frustración. Godoy Cruz acumula ya seis partidos sin poder ganar desde su regreso al Feliciano Gambarte, una racha que pesa y que le impide dar el salto de calidad en el torneo. Este punto lo deja en una posición intermedia en la tabla, lejos de la zona de descenso pero también a una distancia considerable de los líderes, un lugar que no se condice con las expectativas generadas por el plantel. La tarea pendiente es clara: transformar el Gambarte en la fortaleza que alguna vez fue.
