Stand Up al rescate

En un afán imperioso por descargar mi cabeza de pensamientos semanales me dirigí el sábado pasado a un Show de Stand Up al que me habían invitado. Si bien no soy muy asidua a este tipo de espectáculos, me di la oportunidad de ir a curiosear y ver que surgía de este momento.

El lugar de la cita fue “Pizza Concert” en plena calle Arístides de Mendoza.

Considero valorable  que este tipo de lugares a los que el común de los mendocinos estamos acostumbrados a ir solo a tomar algo o comer, tenga espectáculos en su oferta.

Llegué y me ubique en una mesa en el centro y si bien el bar contaba con un escenario, éste se encontraba justo al lado de los baños, lo que por momentos sentí incómodo para los comediantes como para el público, mas allá de eso, era bueno el sonido, y la iluminación dos requisitos que para mí son fundamentales. Bien por el espacio y el productor.

El espectáculo en general fue bueno, había  una cierta organización general, aunque también marcadas diferencias entre los cuatro comediantes. La primera de ellos tuvo durante el show la misión de conectar y presentar al resto, consideré demasiado relajada su forma de vestir y de pararse sobre el escenario. (Todo suma) y si bien no me resultó del todo cómica me pareció una acción bien intencionada y difícil de llevar, que estoy segura que con algo más de trabajo podría funcionar a las mil maravillas.

Mientras que el show se sucedía yo iba observando al público, el lugar y las situaciones que se daban, y me quede pensando que lo positivo de este formato, es que si hay un monologuista que te interesa de verdad lo podes ir a ver por separado y en otro espacio. Por eso cabe rescatar el despliegue de dos mujeres que con temas simples, cotidianos, reales y más que vivificados por todos, hicieron sonreír, reír y carcajear a los presentes.

Jessica Echegaray ya entró al escenario golpeándose sin querer con la puerta del camarín y convirtió el infortunio en una excelente situación cómica que luego continuó con un monólogo que yo describiría como dulcemente hilarante.

Laura Cortés, refrescó el ambiente con una visión real de la vida de docente, la soltería, la edad y la feminidad, y lo que inevitablemente nos sucede a veces cuando nuestro quehacer nos expone frente a otros.

Dicen que la clave del Stand Up Comedy, ese sería su nombre completo, es presentar la propia visión y/ o experiencia, a mi me resulta que las propias visiones o experiencias de los demás, con frecuencia están plagadas de chistes e insultos fáciles, por lo que termino aburriéndome. Por eso insisto en rescatar a las dos Féminas mencionadas.

Para cerrar creo que el show le sumó al lugar, o al revés, ya que la atención no fue buena, situación que pareciera repetirse en muchos bares de Mendoza, y en un par de ocasiones los Comediantes tuvieron que esperar a que los mozos bajaran la voz.

Como dije anteriormente Todo Suma, en cualquier espectáculo cuidar los detalles que pueden ir desde la ubicación, el aspecto de los hacedores, hasta el lugar y sus características hacen a la completitud, que lleva al bienestar o no del público y por consiguiente a su vuelta.

Al final de la noche puedo decir que dejé por momentos de lado mis enredos mentales y me marché en paz.

 

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