La obra de Ósjar Navarro Correa transita por universos de marginalidad y violencia, que en los últimos años han salido a la luz. Ya que la comunidad estaba en una especie de ceguera selectiva, escondiendo y enterrando pruebas de nuestro transitar por una época que nos saca de aquella que situaba nuestra provincia en una especie de tierra de conservadores y luchadores de costumbres ancestrales.Ese muro de conservadurismo ya ha sido derribado hace mucho tiempo como lo fue el muro de Berlin. Las nuevas generaciones no ven ese muro de prejuicios y connotaciones personales, poco a poco nuestra idiosincrasia comienza a transformarse.
Correa aborda tres ejes centrales y los expone de una manera cotidiana plagada de realismo, estamos en una casa alejada de la ciudad en una fecha especial.Tres personajes en escena (Jordán,Rosa y Carolina),todo transcurre con normalidad pero a medida que avanza la trama los secretos salen a la luz, de una manera subjetiva nos muestra el génesis de lo que convirtió a esas personas en lo que son.
En cada faceta de esa triada que expone la puesta, en primer lugar vemos a Carolina o Carlos según el sistema dicotómico hetersexual en base a la nanosexualidad medicalizada. En base al patriarcado y su necesidad fisiológica de satisfacer sus necesidades sexuales llevando a los travestis y mujeres a ser meras esclavas de su apetito sexual.Retomando una frase de Audre ““lo que nos separa no son las diferencias sino la negativa a reconocerlas”, de esa manera se abriría un nuevo mundo de posibilidades.
En otro lado la violencia de genero que ha crecido en los ultimos años en Mendoza.Y que el pico de femicidios en 2016 llevo a crear una fiscalia especial para atender esas causas. Así vemos a Rosa representando ese mal de nuestra sociedad y sufriendo sin encontrar una salida.
Y en otra cara el abuso infantil, que tuvo y tiene en plana a Mendoza con el caso Próvolo donde niños hipoacúsicos fueron abusados por las personas que debían cuidarlos.
Esta bueno encontrar en Mendoza obras de teatro que desnuden los problemas que transita nuestra sociedad.En donde cada persona que la observa tome su propia postura.
Y como punto final citando a Roberto Arlt: “Hay que escribir páginas que tengan la fuerza de un cross a la mandíbula y que los eunucos bufen…”